Disciplina Positiva

La Disciplina Positiva es un enfoque educativo que se basa en el respeto, la comprensión y el cariño. A través de la Disciplina positiva los niños desarrollan habilidades sociales, emocionales, haciendo también que los niños lleguen a ser adultos responsables y respetuosos de la comunidad aprendiendo habilidades importantes para la vida.

La disciplina positiva es un enfoque educativo basado en el respeto mutuo entre padres e hijos también en el ámbito escolar, fomentando el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas. A diferencia de los métodos correccionales tradicionales, la disciplina positiva se centra en enseñar a los niños cómo comportarse adecuadamente en lugar de simplemente castigarlos por su comportamiento.

Su principio fundacional es que “todas las personas tienen el mismo derecho a la dignidad y respeto” (Nelsen, 2009). La visión a largo plazo de la disciplina positiva para las escuelas es que se conviertan en espacios donde los estudiantes aprendan a cooperar en lugar de competir, donde los estudiantes y docentes colaboren en la búsqueda de soluciones, donde se ayuden mutuamente para crear un entorno que inspire apasionamiento por la vida y por el aprendizaje” (Nelsen y Lott, 1999).

La disciplina positiva no se basa en el castigo, sino en la amabilidad y la firmeza al mismo tiempo. Algunas de las herramientas y conceptos de la disciplina positiva incluyen la identificación de las creencias detrás del comportamiento, la comunicación efectiva y las habilidades para resolver problemas.

Existen criterios para una disciplina efectiva:

  • Es respetuosa, amigable y alentadora.

  • Es efectiva y resulta beneficiosa a largo plazo ya que el niño a lo largo de su infancia va aprendiendo y desarrollando todas las habilidades que aprendió en su infancia.

  • Beneficia en las habilidades sociales.

  • Los niños tienen un sentido de conexión con las personas, la naturaleza, con la comunidad.

La Disciplina positiva se enfoca a obtener soluciones y ser respetuosos de acuerdo con principios del desarrollo infantil. La Disciplina positiva en los distintos ambientes proporciona a los niños una base de referencia para los padres. Mediante la disciplina positiva se va a orientar a los niños en un sistema de principios que ellos van a poder aplicar en distintas situaciones.
Uno de los pilares fundamentales de la disciplina positiva es construir una conexión sólida con los niños, basada en la comunicación abierta y el afecto. Los padres que practican la disciplina positiva establecen límites claros y consistentes, pero también escuchan y validan las emociones de sus hijos.

Otro aspecto importante de la disciplina positiva es enseñar a los niños habilidades de resolución de problemas. En lugar de imponer soluciones, se les anima a tomar decisiones y a encontrar soluciones por sí mismos. Esto ayuda a desarrollar su autonomía y confianza en sí mismos.

Además, la disciplina positiva promueve el uso de natural y lógica consecuencias en lugar de castigos físicos o emocionales. Por ejemplo, si un niño tira algo al suelo, la consecuencia natural podría ser que tenga que recogerlo. Esto ayuda a que los niños comprendan las consecuencias de sus acciones y les enseña responsabilidad.

Es importante tener en cuenta que la disciplina positiva requiere tiempo, paciencia y consistencia. No es un método rápido para solucionar problemas de comportamiento, pero a largo plazo, fomenta la autoestima, la cooperación y el desarrollo de habilidades sociales sólidas en los niños.